Lo que empieza en colera, acaba en verguenza. B. Franklin
La semana pasada pasé una experiencia muy intensa en mi vida que me llevo ver a que soy más emocional e impulsiva que creía antes. Me hizo reflexionar muchísimo y tomar mejores decisiones.
¿Qué haces cuando sientes frustración y no consigues lo que quieres? ¿Sueles sentir enojo o incluso llegas a sentir ira, rabia, ese fuego por dentro que quema?
¿La dejes salir o solo estas ahogándose en sus llamas?
No sirve tapar las heridas, que hacen huecos en tu alma. Hay momentos que nunca van a volver. Perderles sin disfrutarles de verdad duele.
En cuando te das cuenta que te enfocas más en tu propio ego que en tu bienestar y de los demás, duele muchísimo más.
No sirve culparte, decir que eres mala. La curación y liberación ocurre cuando te das cuenta de donde proviene la herida, cual es el patrón mental que se repite.
Te abres, te aceptas, te ames de verdad…
¿Para que necesitas repetir lo mismo? ¿Te sirve de algo? ¿Construyes o destruyes? ¿Cómo puedes entenderlo mejor?
Currar, darle luz, salir de la oscuridad. No repetirlo, no sentir más ese dolor innecesario.
A mi me importa mi relación más que mi propio ego.
¿Te parece buena esa mantra?
A mi llego escribiendo este post en forma muy natural, como cuando escribes un diario.
Y esa relación puede ser relación contigo mismo y también con las personas más cercanas.
Los momentos nunca regresan.
No existen las barritas mágicas que borran la memoria como en la película “Men in Black”.
Solo existimos nosotros, seres conscientes.
No siempre somos perfectos, pero necesitamos conectarnos cada vez más con nuestra esencia.
No hay necesidad de hacer daño al otro porque tus emociones te invaden, tu mente se nubla.
Entras como en un “agujero negro”, donde pierdes la orientación.
Te arrastra el corriente del “barro negro”. Si, parece un barro porque hasta te sientes un poco sucia después.
Recuerda, tu eres responsable y puedes reinar tu vida. Sin culpar a nadie.
Vivir y actuar desde el corazón, desde el amor. No desde el miedo, reactividad, envidia, rabia y confusión.
No busques afuera, no idealices. La vida es tan real, tan bonita, tan mágica.
¿Por qué somos a veces tan ciegos?
Permitimos que «caprichos del momento» interrumpen el recorrido libre e improvisado de la vida.
¡Haz magia tú! No vives para intentar borrar y avergonzarte. ¡Actúa desde tu propia responsabilidad!
¡Vive para valorar, amar, aceptar y disfrutar!
Recordar los momentos únicos con el sabor dulce en la boca y volver a saborear más y más….
Existen 3 formas como puedes expresar tu ira.
1. Pasiva.
Pase lo que pase te sientes que es malo expresarla. Tal vez te educaron de esta manera. En muy profundo de tu ser tienes miedo que si lo expresas, pasara algo malo. O te perderás amor de la persona a que lo dirás, o te quedaras sola, te rechazaran, te criticaran, etc..
2. Agresiva.
Sientes que te nubla la mente por completo, no sabes cómo lo puedes controlar. Solo te lleva tu instinto. En esa situación puedes llegar a expresarla con algo de violencia, con lenguaje poco apropiado e insultante.
Esas dos formas de expresar la ira son poco saludables para nosotros. Influyen totalmente destructivo a nuestra salud y bienestar.
Puede ser que por ahora no lo has notado pero en caso que tú la reprimes te pueden causar muchísimas tensiones y dolores posteriores en tu cuerpo y a largo plazo hasta algunas enfermedades. Como en segundo caso tampoco vas a tener las influencias buenas.
3. Asertiva.
Es la única forma de expresión que creo es aceptable, más efectiva y más saludable.
Es posible aprender a manejarla.
Es cuando conoces tus límites, sientes que viene la avalancha y te actúas con responsabilidad, pensando en ti en los demás y las circunstancias.
Eliges el lenguaje más sutil y no solamente reaccionas, actúas desde el “modo de observador”. Es cuando puedes visualizar, imaginar, elegir y decidir con más razón.
Solo tú eliges como quieres vivir tu vida.
¿Eliges mejorar la relación contigo mismo?
Les quiero dejar esta poesía que llego a mi justo en el momento adecuado. Dedicada a todas las personas que quieren expresar su ira y no se permiten.
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QUIERO TU IRA. QUIERO TU FUEGO.
No seas espiritual conmigo, Amor mío.
¡Sé honesto, mejor!
Enójate conmigo. Dime cómo te sientes en realidad.
Dime lo molesto que estás.
Grita. O llora. Muéstrame tu vulnerabilidad.
Expresa lo que hay en tu corazón.
Blasfema. Arma todo un lío.
No me importa. Podemos limpiar más tarde.
Solo quiero conocerte. Ahora.
No esperes hasta dar con las palabras perfectas.
No esperes hasta que tu precioso fuego se haya apagado.
O hasta que tus lágrimas se hayan secado.
No hay vergüenza en ser un desastre.
La ira no es ‘poco espiritual’.
Es belleza. Es poder.
Quiero ser contigo más allá de la máscara.
Más allá del niño lindo, de la niña buena.
Del estudiante espiritual bien entrenado.
Del experto. Del calmado.
De aquel a quien nunca se le permitió levantar la voz.
¡Quiero sentir tus malditas llamas!
¡Quiero sentir tu verdad!
¡Tú pasión! ¡Lo que necesitas ¡Lo que deseas!
¡Tus anhelos no correspondidos! ¡Tus esperanzas frustradas!
Que no te preocupe lastimarme.
Solo deja que la vida hable a través de ti. Ahora.
Yo me haré responsable de mi propio dolor.
Por favor. Prefiero recibir tu ira con toda su pureza AHORA
que años de historias, culpa, resentimiento,
y agresividad pasiva.
Suelta toda esa mierda espiritual.
Solo dime cómo eché todo a perder.
Saca todo a la luz.
No te insultaré.
Y podemos continuar desde allí.
*Jeff Foster
¿Y tú como expresas tu ira? ¿Estás de acuerdo que expresa esta poesía o tienes otra opinión?
Me encartaría conocerla. Te espero en los comentarios.
un abrazo,
Elena
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